domingo, 24 de julio de 2011

miércoles, 20 de julio de 2011

Sagrario Ercira Díaz Santiago

Sagrario Díaz
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Sagrario Días, cuyo nombre completo es Sagrario Ercira Díaz Santiago, nació en la ciudad Barahona, provincia Barahona, República Dominicana el 25 de diciembre del año 1946. Fueron sus padres: Abelardo Díaz y María Altagracia Santiago de Días. Se conocen dos hermanas suyas: Rosario y Balbina, y un hermano, Fidias Omar Días.

Durante sus primeros años de vida habitó en su ciudad natal, Barahona, y por tanto, cursó sus estudios primarios en la misma. Terminó la secundaria en la ciudad de San Cristóbal. Posteriormente su familia se trasladó a Santo Domingo para facilitar el inició de sus estudios superiores en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

En la UASD ingresó a estudiar la carrera de economía. Durante el tiempo que perduró en la universidad fue dirigente del “Frente Universitario Socialista Democrático” (FUSD). Además, fue representante de estudiantil del Consejo Técnico y la Asamblea de su facultad, la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UASD. También sabemos que perteneció al claustro universitario.

Como estudiante universitaria dirigía el periódico universitario “Temas y Opiniones” y escribía acerca de temas universitarios en publicaciones de su facultad.

Su Muerte

Díaz murió asesinada a los 25 años de edad, en la primavera de su vida; la juventud. Al morir cursaba el tercer año –sexto semestre − de su carrera, economía. Fue baleada por las tropas policiales de Gobierno de Joaquín Balaguer la tarde del martes 4 de abril de 1972. Estas tropas cercaron el campus universitario y fueron estrechando paulatinamente el cerco hasta obligar a los presentes ‒ profesores, estudiantes y empleados ‒ a agruparse frente al Aula Magna, cerca de la rectoría.

Estando todos reunidos, empezaron a entonar las notas de nuestro himno nacional como única defensa ante los fusiles y ametralladoras que los amenazaban. No terminaron de entonar la primera estrofa cuando el Coronel Francisco Báez Maríñez levantó su mano derecha, manteniéndola así por un momento, y bajándola a manera de orden comenzó el tiroteo que, según algunos testigos, se mantuvo por unos cinco a diez minutos.

Lo más grave del hecho fue que durante el tiroteo Sagrario Díaz estaba en el lugar y recibió un impacto de bala en la cabeza. Por causa del balazo, Díaz murió el viernes 14 de abril de 1972 −10 días después − en la clínica Gómez Patiño. Además, aproximadamente entre ochocientos a mil estudiantes, profesores y empleados fueron apresados, incluyendo al rector Dr. Jottin Cury.

El hecho quedó grabado para siempre en la memoria de su hermano, Fidias Omar Días, que hoy es un profesional de la salud. Este estaba junto a su hermana el día en que ocurrió el hecho y nos lo narra así:
"Sagrario y yo estábamos en el primer pasillo de entrada al Alma Mater, justamente frente a los invasores policiales. Ella y yo, asidos de las manos, buscamos protección de los tiros, más que de las bombas. Dimos media vuelta y, en un pequeño jardín del Alma Mater, nos fuimos desplazando, rozando contra el suelo.
        

 Los gases lacrimógenos nos estaban asfixiando y ella, que había perdido sus lentes, desesperada me dijo "me estoy asfixiando, hermanito", y soltándome las manos hizo el intento de avanzar, pero al levantar la cabeza recibió el impacto mortal de una bala en el hueso occipital que se le alojó en el frontal. Intenté agarrarla de nuevo, pero no me respondió. "Sagrario, Sagrario, hermanita", entonces miro a ver qué le pasa y los ojos se me quieren brotar al observar que en la cabeza le penetró la bala y la sangre le estaba manando".


Se estima que más de 15,000 personas "pasaron por la blanca habitación
donde Sagrario luchaba tesoneramente por vencer lo que aún a sus médicos les pareció inevitable”. A su entierro, realizado en el cementerio de la Máximo Gómez, asistieron aproximadamente entre cincuenta a cien mil personas.


La orden que produjo el sangriento acto provino del Coronel Francisco Báez Maríñez, quien ordenó abrir fuego contra los opositores. Aunque, antes que él había llegado el Coronel Rolando Martínez Fernández, jefe del Servicio Secreto, el Coronel Julio Carbuccia Reyes, jefe de los Cascos Negros y el Asistente del jefe policial, Coronel Moncho Henríquez. Los cuales habían estado dirigiendo el cerco policial.

Las tropas que penetraron al campus universitario la tarde  del martes 4 de abril de 1972 comandadas por el Coronel Francisco Báez Maríñez buscaban al entonces dirigente de izquierda, Tácito Leopoldo Perdomo Robles. Este señor fue declarado por el jefe de la Policía Nacional, General Neit Rafael Nivar Seijas, como un individuo altamente peligroso, pues se le acusaba de planear matar al presidente, Joaquín Balaguer. Pero resulta ser que al final del sangriento acto comprueban que  Tácito Perdomo no se encontraba en la universidad, tal como ya les había informado el rector universitario.


Apéndice
Leonel Fernández reintegra a Báez Maríñez

El 27 de agosto 2007, mediante el decreto 476-07, el presidente Leonel Fernández Reyna reintegró a las filas de la Policía Nacional al Coronel Francisco Báez Maríñez. Báez fue reintegrado para ser retirado inmediatamente, pero ahora con un rango más alto, el de Mayor General. Esto permitió que fuera pensionado con un sueldo más alto, por lo que el acto fue considerado como un “acto humanitario” por parte del presidente.

Ahora bien, este hecho indignó a muchos ciudadanos y, los mismos, lo  consideran como “un error histórico”, pues el Coronel Báez Maríñez estuvo a cargo de las tropas policiales que, el martes 4 de abril de 1972, hirieron de muerte a Sagrario Ercira Díaz Santiago. Por otro lado, algunas personas que presenciaron el tiroteo del 1972 dicen que el Coronel no disparó − pero dio la orden de disparar − y que por tanto no se le puede  culpar de la muerte de Sagrario.

La comisión − designada por el propio gobierno de Balaguer − que investigó el crimen de Sagrario Díaz culpó directamente a Báez Maríñez de haber ordenado la matanza. El 5 de mayo de 1972, el oficial, junto a ocho alistados, fue dado de baja y sometido a la justicia civil en un expediente elaborado por la Consultoría Jurídica de la Policía. Después de la farsa montada por el gobierno, Báez Maríñez y el grupo de asesinos que lo acompañó en la triste hazaña del 4 de abril, fue puesto en libertad. Y así, ninguno pagó su culpa por el crimen de Sagrario.

Además de no pagar por su crimen, el 27 de noviembre de 1984, el entonces presidente Salvador Jorge Blanco, sin importarle el dolor de los familiares de Sagrario, nombró a Báez Maríñez sub-jefe de la Policía Nacional mediante el decreto 2529. Hoy día el ya “Mayor General” vive tranquilamente en su finca en Nizao, olvidado del pasado y de toda la sangre derramada. 

Imágenes
Velatorio de Sagrario
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Busto colocado en la UASD en honor a Sagrario.
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La joven Sagrario es cargada luego de recibir el balazo en la cabeza.
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Sagrario Díaz en vida
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Entierro de Sagrario. Se estima que al mismo asistieron entre
cincuenta a cien mil personas.
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