lunes, 9 de septiembre de 2013

Hay cosas que no tienen arreglo

Hay cosas que no tienen arreglo

                   Es increíble lo miserable que puede llegar a ser la vida si uno lo permite. Muchas cosas pasan a diario; unas mejores que otras y algunas peores que otras. Pero se me ha pegado en la cabeza una frase que dice que lo que nos daña no son los sucesos de la vida, sino la manera en como reaccionamos a esos sucesos.

                  Esa frase va de la mano con mi costumbre de no culpar a los demás por mis fracasos. Siempre encuentro el punto en donde todo dependía de mí y me dejé llevar por una idea, un consejo, un sentimiento o un presentimiento. Con eso me doy cuenta de que las decisiones decisivas, buenas o malas, las tomé yo y yo soy el responsable de los resultados.

                 Es claro que las decisiones que yo tome pueden estar influenciadas por segundas personas, pero quien verdaderamente decide soy yo. Yo soy quien decide si aceptar un consejo o no, si confiar en alguien o no. 

                No es que todo sea culpa mía, sino, que cuando me sucede algo, en lugar de culpar a otros prefiero revisarme y ver qué hice mal.