He reído observando cuando te sientes tan impotente frente a un ejercicio que no puedes resolver. Pero también te he visto gozar cuando, tras un largo rato de cálculos, fórmulas, gráficas y razonamientos forzosos consigues tus objetivos. He visto tu emoción aunque no la compartas con nadie.
Recuerdas el día en que estuviste toda una mañana resolviendo el problema de la resistencia de la viga? Pues yo te miraba de lejos y vi tu cara cuando resolviste el problemas. Luego, con tu alegría vas a corroborar tu logro con el instructor y resulta ser que tu solución no era la solución al problema.
Al parecer te has hecho más vulnerable y susceptible. No sé con quién te has estado tratando, pero parece que se te ha contagiado la ñoñería.
Te recomiendo que te busques, que te encuentres a ti mismo. No conozco esa vida tan extraña y desorganizada que te acompaña. Tu no eras así, recuerda tus principios y síguelos; todo irá bien.
Tratando de salir de un oscuro túnel. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario