domingo, 11 de diciembre de 2011

He decidido jugar

He decidido quererte y no sé que tan caro me cueste. Mi cariño por ti es mucho más grande que todo los sentimientos sentidos por mi corazón. Te quiero, sabiendo que no eres para mí.

Contigo me he sentido feliz muchas veces y todo eso te lo agradezco. Mis mejores momentos están acompañados de tu figura, de tu hermosa sonrisa y de tu carisma personal. Eres bella y has logrado que te quiera mucho.

Todo esto está en tus manos. Yo sé que cuando decidas que esto no puede ser mas porque te perjudique, no tendré más opción que dejarte ir. Entonces sufriré, pero no por tu culpa, sino porque yo decidí jugar y todo el que juega: pierde o gana y a mí me tocará perder.

Es la primera vez que escribo mi destino. Se ha perdido la espontaneidad en este asunto, pues sabemos el final que nos espera. Nuestra trayectoria importa poco; el desenlace está previsto.

Y él? el no tiene la culpa de estar en mi camino, de interrumpir hermosos momentos y de limitar mi tiempo contigo. Tampoco tiene la culpa de que yo tenga que esperar a que el termine, para que me atiendas. Aquí solo yo estoy interrumpiendo la previa estabilidad existente.

Acaso me merezco esto?. No tengo a quien culpar mas que a mi, pero yo no debería castigarme de esta manera. Debería amar a una mujer siquiera libre y dispuesta a estar conmigo. Sin embargo, ya he abordado este fugaz viaje hacia el sufrimiento.



A pesar de todas esas negativas ideas que he expresado, debo confesar que la mayor parte de mi tiempo veo como factible la posibilidad de que yo pueda entrar definitivamente en tu vida. Especialmente esa condición es la que me preocupa y no sé la razón por la que mi mente se empeña en autoengañarse, en creer que serás mía.

"Y MI MENTE ES TAN PEQUEÑA PARA COMPRENDER TODO ESTO"

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