miércoles, 7 de diciembre de 2011

Tu cuerpo


Hoy vi una vez más tu cuerpo, pero estorbándome la vista estaba tu ropa. Mis ojos provocaron que mi mente imaginara de a poco aquel día. Ese día con que, discreta y reservadamente, tanto sueño; el día en que te haga mía.

Mi imaginación voló, voló lejos. Me vi proyectado en una habitación acogedora, con poca luz y música suave. Sentí tus besos sobre mis labios y una disimulada lujuria invadió mi cuerpo. Deseé abrazarte, tocarte y hacerte sentir mi lengua en todo tu cuerpo.

Quise amarte, amarte loca y apasionadamente. Hacerte sentir mujer; quise hacerte mía. Ansié poder ver ese cuerpo desnudo esperando por mí, esperando ser tocado por mis deseosas manos.

Si supieras cuánto anhelo recorrer tus entrañas y aprender de memoria, con mi boca, tu cuerpo. Mis dedos pretender tocar toda tu piel de seda, mi boca quiere sentir el sabor de tu humedad, mis ojos quieren ver la belleza de tu desnudo y mi nariz quiere oler tu piel.


Este deseo apasionante se fundirá con el calor de nuestros cuerpos y nuestro sudor lavará nuestras culpas.

Entonces seré un hombre enteramente feliz. Feliz porque lo que más he querido ha sido mío, ha estado entregado entre mis manos, ha sido tocado por mí y he sentido su calor interno de mujer.

            Sabré que pude hacer realidad esos deseos que invadían mi piel cuando tocaba tu cintura, que esas ansias no estaban tan lejos de mí como yo las veía. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario